jueves, 8 de septiembre de 2011


Salón principal, café y sala de exposiciones.


La placa original, pintada por René Poblete en un trozo de madera prensada.

Historia de los Talleres 619

•Se materializa casona de imponentes fachadas neoclásicas •

La casa Puyó-León se ubica en la esquina noroeste de las calles Monjitas y Miraflores, sector que hoy está en el centro de Santiago, pero que hace 100 años era periférico.

Fue construida entre 1903 y 1910 por el arquitecto Emilio Jequier, que había nacido en Chile en 1866, hijo del ingeniero francés Henry Jecquier.


Casona Puyó-León, situada en las esquinas de Monjitas y Miraflores.


Emilio Jecquier estudió arquitectura en Paris y vuelve a a Chile a principios del siglo XX.

Fue un arquitecto muy apreciado durante la época; realizó entre otros edificios el de la Estación Mapocho, la Estación Providencia o de Pirque (demolida en 1940), el Museo de Bellas Artes, y la propia casa Puyó León. Su obra está marcada por los estilos arquitectónicos predominantes en Francia durante el siglo XIX.

Bororo en "Las Mesas Pintadas",1988

Luis Puyó Medina, afamado médico cirujano, le encargó a Jecquier la construcción de una casona que constaría de seis viviendas, de entre 200 a 850 mt2. La más espaciosa Luis Puyó la ocuparía para vivir con su familia, en otra instalaría su consulta y las 4 restantes se alquilarían a conocidos del doctor.

• El fuego cambió el destino del casón •

El doctor Luis Puyó Medina y Carmela León Luco se casaron en 1893, él de 29, y ella de 23 años.

El matrimonio tuvo 10 hijos, ninguno de los cuales tuvo descendencia. Las dos mayores, Inés y María se quedaron solteras y vivieron hasta su muerte en la casona.

Inés Puyó, según Carlos Pedraza, fue la mejor pintora chilena del siglo 20; alumna de Juan Francisco González, fue destacada integrante de la llamada generación del 28 y militante activa de la renovación plástica de la época, junto a artistas de la talla de Camilo Mori, Manuel Ortíz de Zárate, Waldo Vila, Jorge Caballero, Isaías Cabezón, Hernán Gazmuri, Augusto Eguilúz y Marta Villanueva.

En 1930 fue becada por el gobierno chileno para estudiar en Francia, donde fue discipula de Othon Friesz y André Lothe, y exhibió en el Salon D'Automne (Salón de Otoño) y en el Des Indépendents. Posteriormente en Nueva York estudia con el pintor francés Amédée Ozenfant.


Afiche de la exposición de alumnos de 1985

Su obra, que ha sido exhibida en innumerables exposiciones desde 1940, siempre es incluida en retrospectivas históricas de la plástica chilena.

Recibió premios y distinciones en varios Salones Oficiales desde los años 1939 al 1957, el Premio de la Crítica de Arte en 1978; fue miembro de la Academia Chilena de Bellas Artes desde 1983 y recibió la Condecoración "Gabriela Mistral" en 1984. Durante muchos años, Inés tuvo su taller en el tercer piso de la Escuela de Bellas Artes, que se encontraba en el edificio que hoy ocupa el Museo de Arte Contemporáneo en el Parque Forestal. Cuando la Escuela se quemó en 1969, invitó a los pintores damnificados por el fuego a que ocuparan un ala de la enorme casona que había heredado de su padre, en Monjitas 615. Fue así como se instalaron allí pintores muy conocidos, como Ximena Cristi, Augusto Barcia, Carlos Ossandón, Nemesio Antúnez, Aída Poblete, Carlos Pedraza, Héctor Banderas, los escultores Julio Antonio Vásquez, María Fuentealba, y la propia Inés Puyó.

Desde entonces, y hasta la muerte de Inés, el casón quedó indisolublemente vinculado a la plástica nacional. Innumerables pintores, grabadores y escultores trabajaron en él durante más de 30 años. También en la casona funcionaron los Talleres 619, la Galería de Fidel Angulo (Monjitas 609), y la Galería de Beatríz Lawrence (Monjitas 625), esta última aún subsiste.

• Desde el tórrido trópico maracaibense a las ondas polares del invierno santiaguino •

El destacado pintor René Poblete, maestro de innumerables generaciones de pintores, siendo todavía alumno de Bellas Artes, conoció a Inés Puyó en 1961, cuando ella tenía, como tantos otros artistas plásticos de la época su taller en dicha escuela.

Años después, exponiendo sus pinturas, René se reencontraría con Inés. Con esta mujer, pequeña de estatura pero de gran carácter, entablaría una larga amistad.

Amistad que no lograrían apagar ni las diferencias ideológicas, ni el tiempo que vivió René en Maracaibo en los años posteriores al golpe de estado de 1973, después de ser exonerado de la cátedra de pintura que impartía en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile.

De regreso al país, en 1983, René ocupará un taller en Monjitas 615, donde además de pintar hacía clases a varios discípulos. Como el lugar comenzaba a hacerse estrecho, Inés le entregó las llaves de Monjitas 619 para que René se instalara allí.

Los alumnos expositores de 1994 con Valentina Vega Y René Poblete

Con la llegada paulatina de otros ocupantes a Monjitas 619, esta parte de la casona Puyó-León se fue transformando en un espacio dedicado a la enseñanza del arte, en el que se entrelazarían la enseñanza plástica con la música, los encuentros literarios, la danza, el teatro y la exhibición de cine clásico. En pocos meses se había generado una institución cultural y académica alternativa muy concurrida, que llegó a tener un lugar destacado en el Santiago de la época.

Cartel para la exposición de pequeños formatos en 1989.

Alexandra Basualto Pearcy, Mario Soro, Bororo, Sammy Benmayor, Fernando Allende, René Poblete, Martín Cerda, Odette Bertoud, Arturo Cariceo, María Alma De La Fuente, Carlos Araya "Carlanga", Fernando Allende, Valentina Vega, Tita Rodriguez, Luis Bórquez, Segundo Osorio, son algunos de la larga lista de profesores que impartieron docencia a personas de todas las edades y condiciones.














En la puerta de los Talleres, Monjitas 619: Mario Soro, María Alma de la Fuente y alumnos.

Un lugar destacado en el quehacer de Talleres 619 tuvieron las exposiciones individuales o colectivas, por ejemplo:

—La muestra anual de alumnos, una gran fiesta que tenía mucha concurrencia.

—En 1988 el lugar fue una de las sedes del evento "Chile Crea".

—En 1989 la muestra "Las Generaciones se reunen", que exhibió trabajos de artistas plásticos consagrados junto a los de otros emergentes.

René Poblete y Mario Soro comentan los trabajos que éste último presentó en la exposición de profesores de 1988

Talleres 619 fue también un lugar de encuentro entre artistas plásticos, poetas, escritores y una variopinta fauna santiaguina ávida de arte.

El Cafetín, ubicado en el salón principal (el que también hacía de sala de exposiciones), con sus características mesas pintadas, fue durante muchos años un lugar de animadas tertulias que duraban hasta altas horas de la madrugada, y que se sucedían día a día.

Invitación para la exposición de alumnos de 1999


• Cuando nada termina, todo comienza •

"El concepto de texto definitivo no corresponde sino a la religión o al cansancio" (Jorge Luis Bórges)

"Inés Puyó, altruista en esencia, nunca imaginó en su fértil cerebro que ese abril de otoño con su partida, aquel palomar de creadores se desplomaría junto a todos sus sueños y el mundo que la había rodeado desde siempre." (Nélson Miranda)


Después de la partida de René Poblete. Jorge Khun, Mario Rojas y Fernando Allende entre otros.

Inés, que fue la última sobreviviente de los hijos del doctor Puyó, murió en 1996 a los 89 años y como no dejó descendencia, la maravillosa casona pasó a manos de terceros. Tiempo después de despedir a su amiga Inés en el cementerio, René Poblete desmontó su estudio situado en el tercer piso de los Talleres 619, y ya no volvió a pisar el viejo casón, tampoco el rincón de Santiago donde éste se encuentra. Jaime Oddó y Luis Bórquez continuarían con sus talleres de pintura y dibujo durante algunos años, hasta que Monjitas 619 cerró definitivamente, un poco después de que empezara el nuevo siglo.

• Nuevos propietarios restauran la fachada de la bella casona •

Si bien la Casa Puyó León está protegida como Inmueble de Conservación Histórica, más de una década de nula mantención habían dejado como resultado un alarmante deterioro de la histórica construcción.


Página del catálogo de la exposición de alumnos en 1987


Afortunadamente nuevos propietarios han hecho una minuciosa mantención de su espléndida fachada, la que se conservaba casi intacta. Las finas terminaciones interiores en maderas nobles de murallas y pisos, y las molduras de los cielos rasos aún son posibles de restaurar. ¿También sería posible recuperar el destino que Inés Puyó siempre quiso para su casa?











René Poblete y Sammy Benmayor, durante el montaje del evento "Chile Crea" en 1988

Lo que tendría sentido no sólo porque es un magnífico ejemplo de la arquitectura santiaguina de principios del siglo XX, sino que también porque durante varias décadas fue uno de los epicentros de la plástica chilena.